Doctor Miguel Romero
Fractura de humero proximal

Fractura de humero proximal. ¿Cómo es el proceso de recuperación?

La fractura de húmero proximal es una lesión común que afecta a la articulación del hombro. Aunque puede afectar a cualquier persona, es más frecuente a partir de los 60 años, sobre todo en mujeres que tienen debilidad de los huesos (osteoporosis).

Habitualmente se produce por una caída, pero también es común en accidentes de tráfico o en la práctica de determinados deportes.

En los últimos años, la incidencia de fracturas de húmero proximal está aumentando debido al envejecimiento de la población y al aumento de la esperanza de vida.

Como es el humero proximal

Para entender bien esta fractura, es necesario que conozcas un poco la anatomía del húmero proximal

El húmero proximal es la parte superior del hueso del brazo y forma la articulación del hombro con la escápula. Esta área incluye la cabeza del húmero, el cuello anatómico, el tubérculo mayor y el tubérculo menor. La cabeza del húmero es la parte redondeada del hueso que se articula con la escápula para formar la articulación del hombro.

Estas fracturas afectan casi siempre al cuello del húmero (esa parte que une la cabeza al resto del húmero), ya que es la zona más frágil. De ahí que se le llame cuello quirúrgico.

Fractura de humero proximal

Cómo se diagnostica una fractura de humero proximal

Historia clínica: mecanismo compatible

Paciente que, tras un traumatismo, ya sea de alta energía (como en un accidente de tráfico o deportivo) o baja energía (como una caída tras un tropezón andando) sufre dolor y dificultar para mover el hombro.

Exploración física

Nos encontraremos un paciente con un dolor intenso, que intenta mantener el brazo pegado al cuerpo para tratar de inmovilizarlo.

En determinadas fracturas también puede verse una deformidad en el propio brazo, sobre todo si los fragmentos de la fractura se han desplazado de forma importante.

En fracturas no desplazadas, la aparición de un gran hematoma en el brazo y en la zona costal es un signo que nos debe hacer sospechar que ha podido ocurrir una fractura de húmero proximal.

Pruebas complementarias

El diagnóstico de la fractura de húmero proximal se realiza principalmente mediante estudio radiológico. Para ello tenemos las siguientes opciones:

  • Radiografía simple: es la primera prueba que tenemos que solicitar. Siempre tenemos que valorar la fractura con dos proyecciones que sean lo más perpendiculares posibles. Las que se utilizan con mas frecuencia son las proyecciones anteroposterior y transtorácica. Según el dolor que tenga el paciente a veces es difícil realizar esa segunda proyección, pero es importante intentarlo.
  • TAC: cuando tenemos dudas acerca de la fractura y para valorar el tratamiento definitivo, el TAC es la prueba de elección. Nos ayuda a ver cómo es exactamente la fractura, cuantos fragmentos tiene, y como están colocados esos fragmentos. Con los datos de los estudios de imagen y valorando las características del paciente (edad, actividad, física, enfermedades que pueda tener, etc) se toma la decisión de tratamiento definitiva.

Fractura de humero proximal

Cómo se trata una fractura de humero proximal

Ahora que ya sabes cómo se produce y cómo diagnosticamos una fractura de húmero proximal. Toca el turno de ver cómo afrontamos esta situación.

Tratamiento conservador

El tratamiento conservador es el tratamiento de elección en las fracturas de húmero proximal

Se han realizado multitud de estudios comparándolo con el tratamiento quirúrgico y, en la mayoría de ocasiones, se ha demostrado superior a la cirugía.

Cuando se opta por este tratamiento, se debe inmovilizar el hombro lesionado por un periodo aproximado de 3 semanas. Tras estas estas semanas, se comienza un tratamiento fisioterápico encaminado a recuperar la máxima movilidad posible de forma que recuperemos un hombro funcional para las actividades de la vida diaria.

Hay que reconocer que es difícil conseguir el 100% de la función y conseguir una recuperación completa, pero ese debe ser nuestro horizonte para acercarnos lo máximo posible.

Lo habitual suele ser recuperar la mayor parte del movimiento, y conseguir fuerza en ese recorrido, consiguiendo una calidad de vida razonable para el paciente.

Hemos de tener en cuenta que la gran mayoría de estas fracturas se producen en la tercera edad, donde la demanda física es mucho menor.

Fractura de humero proximal

Tratamiento quirúrgico

Se reserva para los casos de fracturas de humero proximal más graves. Aquellas donde se ha producido un desplazamiento o angulación que pone en serio peligro la curación del hueso o incluso el estado de la articulación del hombro.

Hay dos grandes opciones de tratamiento quirúrgico

Cirugía percutánea

Este procedimiento consiste en realizar una reconstrucción de los fragmentos de la fractura mediante pequeñas incisiones.

Una vez conseguida la reconstrucción, la fractura se fija mediante una placa con tornillos o un clavo endomedular (se coloca por dentro del hueso).

Esta técnica tiene la ventaja de no hacer grandes heridas y permitir una menor agresión pero a cambio es más difícil de realinear la fractura.

Cirugía abierta

Es la realizada con mas frecuencia, ya que permite trabajar mejor la fractura. Se realiza a través de una incisión entre los músculos pectoral y deltoides, por lo que es una herida que respeta bastante la anatomía de la zona.

Una vez hemos llegado al sitio de la fractura, se recolocan los fragmentos en su sitio y se suele fijar con una placa con tornillos.

Este abordaje tiene otra ventaja, y es que vemos directamente los tendones del manguito rotador. En el caso de que estén lesionados, podemos repararlos directamente en la misma cirugía, solucionando así este problema añadido.

En el caso de las fracturas más graves, donde no se puede realizar una reconstrucción del hueso, la alternativa es colocar una prótesis, que sustituye a la zona lesionada.

Fractura de humero proximal

Como ves son muchas las opciones de tratamiento quirúrgico, pero repito, siempre que sea posible es preferible optar por un tratamiento conservador.

La recuperación de estas lesiones suele prolongarse hasta los 6 meses y como decíamos anteriormente es bastante frecuente que quede algún tipo de limitación. La más habitual, pérdida de parte del movimiento.

Conclusiones y recomendaciones

  • La fractura de húmero proximal es una lesión muy frecuente y que está aumentando a marchas forzadas debido al aumento de la esperanza de vida y a la osteoporosis presente en la tercera edad.
  • Para su prevención, debemos centrarnos en una vida activa, en la medida de lo posible al aire libre y entrenar tanto la musculatura como el equilibrio. Esto nos protegerá de caídas que podrían provocar la fractura.
  • Una vez que tenemos una fractura de húmero proximal, es muy importante hacer un estudio radiológico completo (Radiografías y TAC) para tomar la mejor decisión de tratamiento.
  • Siempre que podamos optaremos por el tratamiento conservador, que es el que mejores resultados ha demostrado en fracturas con poca angulación y desplazamiento.
  • Tras el tratamiento (ya sea conservador o quirúrgico) es fundamental una rehabilitación precoz (empezar en las primeras 3-4 semanas desde la lesión) guiada por un fisioterapeuta. Esto nos ayudará a recuperar el máximo de movilidad y, en consecuencia, un hombro que nos sirva para la vida diaria.

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